domingo, 30 de septiembre de 2012

delivery en Palermo

Tengo que confesar que mientras escribo esta nota me empieza a agarrar el hambre y que no tengo nada en la heladera. Ya hacer rato que no tengo nada en la heladera, más que lo que a veces sobra de lo que pido a domicilio. Ya no recuerdo cuál fue la última vez que cociné, porque lo que a mí me gusta es comer. No cocinar. Eso me molesta, me parece perder el tiempo. Bueno, uno dirá cómo eso es perder el tiempo, porque si te gusta comer entonces tenés que cocinar. No, yo no. Porque vivo en Palermo. Y el delivery en Palermo es parte esencial del barrio. No se puede vivir en Palermo sin tener una buena lista de deliverys de confianza. Y no, no se puede decir que uno prefiere la comida casera, porque acá hay hasta delivery de comida casera. Así que ni excusas, tampoco la del dinero, porque sale lo mismo o incluso a veces más barato comprar comida hecha que cocinarla. Es que con la inflación está complicado el panorama. Uno va al supermercado y todo es más caro. En cambio los delivery aumentan, pero uno o dos pesos. Es más previsible. Otra cosa que se puede hacer es bajar a comer, porque también hay decenas de casas de comidas rápidas con lugar para sentarse, así como al paso. Al que no le gusta comer solo, o que no quiere ni siquiera ensuciar un vaso, esa es la opción que le ofrece Palermo. Aunque en mi opinión, no hay nada mejor que comer en la cama o en el sillón, viendo la tele. Y acá no hace falta programar, fijarse a qué hay para preparar o empezar a cocinar antes y controlar que no se queme. Cuando tenés hambre pedís y ya está. La comida a tu casa sin nada de esfuerzo.